Todos esperan que llegues a mi edad, 49, a tres meses de los 50 ya cumplidos, con tu vida realizada y feliz; una familia, un trabajo sólido, estable y proyectos para tu próxima jubilación, donde esperas disfrutar alegremente de los frutos cosechados a lo largo de una vida de trabajo. Pero, lo cierto, es que toda esta linda historia es un cuento de hadas producido por Hollywood, que dista mucho de nuestra realidad cotidiana. Y, si encima naciste en Argentina, de madre soltera, pobre y absolutamente sola en la vida, y de yapa te tocó nacer mujer para terminar de completar la espantosa tragedia ¡ni en sueños llegas a mi edad con toda tu "vida perfecta"! Creo, que por estos pagos, ni siquiera exista una sola jovencita que se imagine a mi edad con más proyectos de vida que "la cena de esta noche, para el borracho y su montón de hijos". La triste realidad de estos barrios pobres del cono urbano bonaerense, el AMBA, como los bautizó la cuarentena, es que casi nadie tiene más proyecto de vida que sobrevivir un día más, en medio de la pobreza, la violencia, el olvido y la miseria humana. Llegar a mi edad viva, sin haber caído en la droga, sin haber sido violada o libre de algún borracho violento, casi casi, que es un triunfo inesperado. Tan naturalizado está que ni siquiera hacen el más mínimo esfuerzo por cambiar ese destino; así es la vida, los hombres son así, y hasta hay quien agradece a Dios esa vida vacía, sometida a una rutina machista, ignorantes absolutamente de que ni la vida, ni los hombres, son así, mucho menos Dios.
En mis años como catequista en la Pquia. San Francisco de Asis, formé un pequeño grupo de danza "Las Huellas de Jesús", para los chicos, porque nadie mayor de 10/12 años imagina hacer nada más que fregar todo el día. Mi mayor triunfo fue tener un varón en el grupo de apenas 5 chicos, porque "si lo mandas a estudiar danza te sale maricón". Tenían tanto talento todos, no solo para la danza, para todo lo que se propusieran; hoy, algunos por el face, otros por las calles del barrio los encuentro y siento bronca de no haber podido hacer más. Pareciera que nadie que haya nacido en Barrio El Parque, puede escapar del su triste destino, como los Buendía en su Macondo... Tampoco yo.
Pero lo cierto es que aún en estos barrios miserables, se puede vivir distinto, ser una especie de "bicho raro", que conoce a García Márquez, que disfruta un ballet los domingos por la noche y que tiene más que claro que una mujer puede hacer mucho más que fregar todo el día. Si "todos los hombres son así" puedo vivir perfectamente sola, porque sé bien, que no "todos" los hombres son así; tal vez, llegue aquel que espero, aún a mi edad, lo espero. Y si no llega, tampoco voy a dejar que me sigan arruinando la vida. Costó llegar hasta aquí, a esta calma, y aunque no sea nada de lo que soñé en mi adolescencia, al menos, es buena, con sus luces y sombras, pero llena de esperanza y proyectos, con la libertad que siempre me forjé de hacer y deshacer a mi antojo lo que quiero para mí y para mi hijo; ya llegará el día en que tenga que decidir su propio camino, y dependerá de él buscar su felicidad, la vida que le hace bien, será su responsabilidad y confío que lo alcanzará, seguramente tendrá un mejor mañana. Pese a todo, llegue a esta edad, un poco mejor que mi madre, tanto luchó para que fuese así, que se lo debo. Voy a seguir buscando en cada momento de la vida, por difícil y obscuro que sea, un nuevo sueño, un nuevo proyecto, un nuevo mañana.
Porque el mejor momento, es HOY, siempre. Y, de repente descubrís que el peor momento, era el mejor, que Dios tiene un universo infinito de bendiciones para tu vida y que está justo ahí, al alcance de tu mano y solo basta que te animes a hacerlo tuyo. De repente, sin querer, de casualidad, te das cuenta que naciste para mucho más que fregar todo el día, para estar encerrado todo el día en esa oficina obscura haciendo ese trabajo que odias, para amar y ser amado sin exigencias, sin peleas, porque no todos los hombres o las mujeres son así; existe alguien especial, solo para vos, esperándote toda su vida. De repente despertás dándote cuenta que aunque las canas se hallan instalado en ti sien, tenés mucha vida por delante que disfrutar, y no hay nada más que tu temor impidiéndote hacerlo. De repente, te descubrís siendo vos, el mago capas de hacer salir de tu rutina gris, la magia de un nuevo comienzo...
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