El regalo de Navidad

 De todos los recuerdos de mi infancia, la Navidad es sin duda, el más feliz. Era un tiempo único; imposible de encerrar en palabras aquella emoción frente al árbol, el Pesebre, ese Niño pobre, como yo, naciendo en la soledad de la noche y que era Dios, un Dios tan distinto a lo que "debía ser Dios" transgresor pacífico que, rompiendo con todas las normas, traía a este mundo la certeza de que podemos ser más humanos, hermanos. Todavía me parece escuchar la voz de mamá relatando la historia de María y José, buscando un albergue, la estrella guiando por lejanos desiertos a los Reyes Magos, el cielo iluminándose de ángeles anunciando a los humildes pastores que su Redentor, al fin, estaba aquí y no nos dejaría jamás... Confieso que, al escribir, algún lagrimón busca escaparse de mis ojos y la emoción de mi corazón es exactamente igual a la de aquella niña que fui. 
Nunca hubo más riquezas en casa, que el amor que sentíamos con mi vieja, la una por la otra, pero el regalo al pie del árbol, junto al Dios dormido entre pañales, nunca faltó. Por casa, jamás vino Papá Noel; en aquellos años '70 no era tan popular como hoy y lo único que esperábamos era a Jesús; en enero vendrían los Reyes Magos. Pero, inexorablemente, crecí y de a poco fui dándome cuenta "cómo" era que el Niño dejaba cada 24 de diciembre ese regalo al pie del árbol. Aunque todavía era chica, por lo que pasó a ser una "sorpresa". Tratar de descubrir cual era la sorpresa que me dejaría Jesús en Noche Buena, se volvió un juego con su principal "cómplice": mamá.
Durante días la atormentaba con mis interrogatorios tratando de descubrir el regalo de Navidad; por supuesto, nunca logré adivinar y, hasta el día de hoy, no puedo ni sospechar dónde lo escondía. Ya mayor, trabajando, un poco me vengue con mi regalo para ella, "Ah, sorpresa mamá, sorpresa" Ahora, que ya no está, mi morocho es quien se toma "revancha" en su honor...
Con 12 años ya cumplidos, ya se dio cuenta el "truco" que tiene Jesús para hacer aparecer los regalos de Navidad y el "interrogatorio" dura días, mientras pienso, ¿qué me respondería mamá? Y creo, que de alguna forma, me "sopla" desde el cielo la respuesta, para que su nieto no descubra hasta Noche Buena la "sorpresa"...
Hay algo especial, único, milagroso, en la Navidad, algo que no es de este mundo y que ningún regalo puede darnos jamás. Un misterio, unas ganas de ser mejores... Un Niño, que siendo Dios, quiere ser uno más entre nosotros, y nos transforma, nos da Vida al corazón, recordándonos que la verdadera riqueza es el amor de unos por los otros. Y ese, es sin dudas, el mejor regalo de Navidad.


Te espero en InstagramFacebookYou Tube y Pinterest


Comentarios

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *